MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Madrid y Barcelona han avanzado en el ranking de las 60 grandes ciudades del mundo mejor preparadas para adaptarse al nuevo paradigma de la movilidad urbana, gracias a la “solidez” de sus infraestructuras de transporte en ambos casos y, en el caso concreto de la capital, por sus iniciativas hacia una movilidad más ecológica.
Así figura en la última edición del ‘Urban Mobility Readiness Index’, que elabora anualmente Oliver Wyman Forum en asociación con la Universidad de Berkley (California) y en el que Madrid asciende cuatro posiciones, hasta el vigésimo puesto en la clasificación global, mientras que Barcelona escala uno y se coloca en vigésimo cuarto lugar.
Asimismo, Madrid se sitúa como una de las diez ciudades europeas con mejor puntuación en el subíndice de movilidad sostenible, que analiza el compromiso de las grandes urbes con la movilidad neta cero. La capital española se coloca como la décima ciudad europea (63 puntos) en el ranking de movilidad, pero se sitúa por debajo de la media europea (64,1).
Los autores del estudio destacan la oferta asequible de modos de transporte de la ciudad a través de una red multimodal que incluye metro, tren de cercanías y autobuses, al mismo tiempo que puntúan positivamente que las bicicletas se puedan llevar en el transporte público y la existencia de BiciMAD, un servicio de bicicletas eléctricas compartidas.
El informe pone en valor las iniciativas de la capital para la limpieza del aire, como el límite de velocidad máxima de 30 km/h en muchas calles y zonas de bajas emisiones, además de la puesta en marcha de un sistema de pegatinas medioambientales para los automóviles y el Plan de Movilidad Sostenible Madrid 360, que incluye la ampliación de la red de metro y de carriles-bus, con la implantación de 60 kilómetros de corredores verdes para que los autobuses alcancen velocidades similares a las del metro.
Del lado menos positivo, los expertos de Oliver Wyman Forum y la universidad de Berkley señalan que, si bien Madrid está instalando puntos de recarga de vehículos eléctricos, el ritmo de despliegue es modesto, y la capital española se encuentra entre las ciudades más bajas de la Unión Europea en cuanto a número de puntos de recarga per cápita. Asimismo, Madrid carece de una amplia presencia de universidades y laboratorios de primera línea que trabajen en el ámbito de la movilidad y alberga pocas empresas de movilidad.
BARCELONA
Por su parte, Barcelona se sitúa justo detrás de Madrid (11) en el ranking europeo y se sale del top 10 general, obteniendo una puntuación total de 62,3. Los expertos destacan de la ciudad condal “la buena conexión y asequibilidad de la red de transporte público multimodal, que se complementa con un sistema ferroviario sólido”.
La Ciudad Condal también se beneficia de una red nacional de carreteras que proporciona una “fuerte conectividad” regional y de un plan nacional de seguridad vial anunciado este año que prevé reducir a la mitad las muertes y lesiones graves de tráfico para 2030, mediante el aumento de los carriles bici y la reducción de los límites de velocidad.
En cuanto a margen de crecimiento, los autores del informe apuntan a que, a pesar de las zonas de bajas emisiones, la cuota de mercado de los vehículos eléctricos en Barcelona sigue siendo inferior a la de muchas otras ciudades europeas, debido a la relativamente baja densidad de estaciones de carga. Asimismo, aseguran que la adopción de la bicicleta en la ciudad catalana va a la zaga de otras ciudades europeas.
El índice analiza hasta 57 métricas agrupadas en cinco grandes dimensiones: impacto social, infraestructuras, atractivo del mercado, eficiencia del sistema e innovación; e identifica qué ciudades están preparadas para sobresalir en la resolución de los futuros retos de la movilidad urbana.
Así, San Francisco ha desbancado este año a Estocolmo y lidera la clasificación general gracias a su proximidad a las empresas de Silicon Valley y a un “rico ecosistema de movilidad y tecnología”, junto a los incentivos que ofrece para la compra de vehículos eléctricos, la inversión en una infraestructura de carga y la introducción de calles ‘lentas’ para acomodar más modos de micromovilidad como andar en bicicleta y caminar.
En contraposición, Lagos, Nairobi, Manila, Quito y Lima son las ciudades peor clasificadas en el ranking general.