MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha alertado este lunes de que los trabajadores a nivel global se verán obligados a aceptar empleos de peor calidad como consecuencia de la desaceleración a nivel mundial que tendrá lugar en 2023.
Según se desprende del informe ‘Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: tendencias 2022’ que ha publicado la entidad multilateral, los trabajadores tendrán que asumir puestos de trabajo “mal pagados y carentes de seguridad laboral y protección social”. Esto acentuará aún más las desigualdades que ya se habían exacerbado por la crisis derivada de la pandemia del Covid-19.
Entre las previsiones de la OIT también está que el empleo a escala global únicamente crezca un 1%, lo que supondrá la mitad del crecimiento de 2021. Además, el desempleo global aumentaría en unos 3 millones de personas, hasta un total de 208 millones de parados ante la “escasa oferta” de trabajo en países de altos ingresos.
“El menor ritmo de aumento del empleo a escala mundial significa que las pérdidas ocasionadas durante la crisis del Covid-19 probablemente no se compensen antes de 2025”, ha indicado Richard Samans, director del departamento de investigaciones de la OIT ycoordinador del informe.
Por otro lado, a raíz de que los precios aumentan a un ritmo más rápido que los ingresos nominales por trabajo, la crisis asociada al coste de la vida podría elevar el número de personas en situación de pobreza.
En este sentido, la OIT ha puesto el foco sobre las mujeres y los jóvenes, que son los que más sufrirán el mercado de trabajo en 2023 por su situación ya de por sí precaria. En concreto, las mujeres a nivel global tienen una tasa de participación del mercado laboral del 47,4%, frente al 72,3% de los hombres. Al tiempo, el paro de los jóvenes es tres veces superior al de los adultos, con un 23,5% de personas de entre 15 y 24 años que ni trabaja, ni estudia, ni participa en programas de formación.
“Ha surgido en todo el mundo un en- torno de elevada y persistente incertidumbre, que contrae la inversión empresarial, especialmente de las pequeñas y medianas empresas, erosiona los salarios reales y empuja a los trabajadores de nuevo al empleo informal”, ha concluido la OIT en su informe.