MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El Banco Mundial ha advertido de que el riesgo de una recesión global en 2023 está aumentando a medida que los bancos centrales de todo el mundo están subiendo los tipos de interés para combatir la inflación.
El organismo con sede en Washington ha indicado que a estos riesgos se suman una serie de crisis financieras en las economías de mercado emergentes y en desarrollo que les causaría efectos negativos duraderos.
El informe apunta que los bancos centrales de todo el mundo han subido los tipos de interés durante este año “con un grado de sincronización que no se había visto en las últimas cinco décadas”, una tendencia que probablemente continuará hasta bien entrado el próximo año.
Sin embargo, la trayectoria prevista actualmente de subidas de tipos de interés y otras medidas políticas podría no ser suficiente para devolver la inflación mundial a los niveles anteriores a la pandemia. Los inversores esperan que los bancos centrales aumenten los tipos de interés de la política monetaria mundial hasta casi el 4% hasta 2023, lo que supone un aumento de más de dos puntos porcentuales respecto a la media de 2021.
A menos que las interrupciones de la oferta y las presiones del mercado laboral disminuyan, estos aumentos de los tipos de interés podrían dejar la tasa de inflación subyacente mundial (excluyendo la energía) en torno al 5% en 2023, casi el doble de la media de cinco años antes de la pandemia, según el informe.
El documento señala que para reducir la inflación mundial a una tasa coherente con sus objetivos, los bancos centrales tendrían que aumentar los tipos de interés en dos puntos porcentuales adicionales. Si esto fuera acompañado de tensiones en los mercados financieros, el crecimiento del PIB mundial se reduciría al 0,5% en 2023, una contracción del 0,4% en términos per cápita que cumpliría la definición técnica de recesión mundial.
“Para lograr tasas de inflación bajas, estabilidad monetaria y un crecimiento más rápido, los responsables de las políticas podrían pasar de reducir el consumo a impulsar la producción. Las políticas deberían tratar de generar inversiones adicionales y mejorar la productividad y la asignación de capital, que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza”, ha comentado el presidente del Banco Mundial, David Malpass.