MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) ha indicado que los datos de paro y afiliación del mes de julio muestran ya los efectos de la desaceleración económica y el incremento de la inflación en el empleo y ha anticipado “un otoño complicado”.
“El mercado de trabajo está empezando a acusar en julio la incertidumbre económica, la inflación y los problemas en la producción derivados, entre otros factores, de los cuellos de botella existentes”, ha apuntado Cepyme en un comunicado.
Estos resultados podrían explicarse, en parte, por el adelanto que se ha producido en la contratación en el sector hostelero en los meses precedentes, pero también por la mayor incertidumbre que pesa sobre la economía. Además, pueden estar anticipando un reequilibrio entre la evolución de la actividad y el empleo.
En los próximos meses, Cepyme ha indicado que el mercado de trabajo estará muy condicionado por las dificultades que están atravesando las empresas, debido al encarecimiento de sus costes, las dificultades para el desarrollo de su actividad y a la enorme incertidumbre en el contexto internacional.
Una situación que ya está afectando a las empresas, especialmente en las pymes, que ya están activando planes de contingencia para hacer frente al fuerte incremento de costes, especialmente de la energía y de las materias primas, que están reduciendo sus márgenes y limitando su capacidad de producción y de funcionamiento.
Según la patronal de la pequeña y mediana empresa, los principales indicadores económicos anticipan una mayor ralentización económica en el segundo semestre y una menor actividad de las empresas, afectadas por la previsible caída del consumo y menor inversión por la subida de los tipos de interés, que viene a agudizar una situación ya grave para muchas pymes, que atraviesan su situación de mayor debilidad desde 2014, con menores márgenes y más endeudadas todavía por los efectos de la pandemia.
Por ello, Cepyme ha insistido en la necesidad de hacer todos los esfuerzos necesarios para contener la escalada inflacionista, evitando efectos de segunda vuelta y tener en cuenta la situación de las empresas, el incremento de costes y la caída de la rentabilidad al adoptar medidas de política económica, evitando incrementar en mayor medida los costes y la presión fiscal que sufren las empresas.