MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, ha afirmado este viernes que el nuevo impuesto a la banca es “una mala noticia” para España y que el país lo que “necesita ahora” es crecer, “no un impuesto a la banca”.
En la presentación ante analistas de los resultados del grupo bancario en el primer semestre, cuando la entidad ganó 3.100 millones de euros, un 59,3% más, Genç ha valorado la proposición de ley presentada ayer por los grupos parlamentarios socialista y de Unidas Podemos donde se contempla un gravamen al sector bancario del 4,8% sobre margen de intereses y comisiones, y ha considerado que si se busca “restringir la actividad” de un sector, “esta es la manera”.
Ha defendido que la banca “no deteriora el PIB”, sino que ayuda a impulsar el crecimiento de la economía y que, por ello, el nuevo impuesto “va a afectar” a ese proceso de crecimiento.
También ha indicado que este gravamen excluye a las cajas e instituciones más pequeñas, ya que se aplicará a aquellas entidades cuyos ingresos se eleven por encima de 800 millones de euros, por lo que sostiene que podría afectar al nivel de competencia y que es “injusto”. “Aunque fuese para todo el sector, sería injusto”, ha añadido.
Sobre la postura que el Banco Central Europeo (BCE) pueda tomar ante el impuesto como supervisor de la estabilidad financiera de la eurozona, Genç ha recordado que la institución ha expresado opiniones “bastante firmes” en el pasado, donde consideraba que cualquier impuesto ‘ad hoc’ que grave a la banca “no sería deseable, ya que sería una carga injusta”.
Sin embargo, no ha querido pronunciarse más al respecto, ante la perspectiva de la discusión parlamentaria en torno a la proposición de ley y ante la reunión prevista para este viernes entre el Ministerio de Hacienda y los sectores afectados por los nuevos gravámenes –tanto la banca como las empresas energéticas–.
Los dos socios en el Gobierno de coalición, PSOE y Unidas Podemos, presentaron ayer una proposición de ley para gravar temporalmente con un tipo del 4,8% el margen de intereses y las comisiones netas de las entidades financieras con ingresos superiores a los 800 millones de euros, y con un tipo del 1,2% las ventas totales de las energéticas que facturen más de 1.000 millones de euros al año, así como una sanción para aquellas compañías que trasladen el impuesto a los usuarios.
El impuesto “excepcional y temporal” dirigido a “las grandes entidades financieras que ya han empezado a beneficiarse de la subida de tipos de interés”, según ha argumentado el Gobierno, tendrá una duración de dos años y buscará recaudar 1.500 millones cada año.