MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado de que la deuda a nivel global se estabilizará a medio plazo en torno al 99% del producto interior bruto (PIB) mundial como consecuencia directa de la crisis generada por la pandemia del Covid-19, según se desprende del informe bianual ‘Monitor Fiscal’, publicado este miércoles.
La deuda global cerró 2020 situada en el 97,3% del PIB, lo que equivale a un incremento de 13,6 puntos en comparación con los datos de 2019. Este alza se debe tanto a los enormes programas de estímulos que se han aprobado por parte de los diferentes gobiernos como por el descenso del PIB por la pandemia.
Según los cálculos del FMI, a nivel global los gobiernos han aprobado acciones fiscales para apoyar los sistemas sanitarios, a los hogares o a las empresas por valor de 16 billones de dólares (13,453 billones de euros) desde el inicio de la pandemia. No obstante, el nivel de apoyo ha variado entre las economías dependiendo de su nivel de impacto, de la capacidad de acceder a financiación externa y de sus condiciones fiscales preexistentes.
Pese al incremento del endeudamiento, el FMI también ha señalado que los pagos por intereses son “generalmente más bajos” que antes de la pandemia en las economías avanzadas y en desarrollo debido al caída generalizada de los tipos de interés.
En paralelo con el aumento de la deuda, también han crecido los desequilibrios presupuestarios. De esta forma, las economías avanzadas registraron un déficit en 2020 del 11,7% del PIB, mientras que para los mercados emergentes fue del 9,8% y en los países más pobres fue del 5,5%.
“La vacunación global es necesaria de manera urgente. La inoculación global se pagará a sí misma con un mayor empleo y actividad económica, lo que llevará a unos mayores ingresos tributarios y considerables ahorros en apoyo fiscal”, ha explicado el organismo con sede en Washington.
EL RIESGO DEL DESCONTENTO SOCIAL
El Fondo ha alertado también de que la incertidumbre que rodea las previsiones fiscales es “inusualmente alta” y que está sujeta tanto a riesgos al alza (mejorías) como a la baja (empeoramientos).
En el caso de las posibles sorpresas positivas, el FMI identifica una campaña de vacunación más rápida de lo esperado, lo que elevaría los ingresos de los países y reduciría la necesidad de nuevos estímulos.
Por el contrario, los riesgos negativos para las previsiones son más numerosos. El primero de ellos identificado por el FMI es una ralentización económica más larga, debido en parte que el crecimiento se vea afectado por los nuevos confinamientos, por el retraso en la vacunación o por una menor efectividad de las vacunas contra las nuevas variantes del virus. “Una reducción prematura del apoyo político posiblemente cause pérdidas en el empleo y los ingresos”, ha alertado el FMI.
El organismo internacional también ha situado como riesgos un endurecimiento “abrupto” de las condiciones financieras, un nuevo incremento en la volatilidad de los precios de las materias primas y un incremento en el “descontento social”.
“Las tensiones sociales podrían entrar en erupción a medida que la pandemia o una respuesta política inadecuada (incluyendo el acceso desigual a vacunas) lleve a más muertes o a dificultades económicas”, ha avisado el FMI. Entre esas “dificultades” se encuentran el paro, la pobreza, la malnutrición, la desigualdad, la falta de comida o el incremento de los precios.
“Estos factores podrían debilitar la confianza en los gobiernos y en la efectividad política y poner las finanzas públicas en riesgo”, ha apostillado el Fondo.