Dice que el pacto para hacer de la ciudad sede del MWC “satisface las necesidades de todos” los implicados
BARCELONA, 24 (EUROPA PRESS)
El CEO de la GSMA, John Hoffman, ha defendido que el proyecto de transformación del recinto ferial de Montjuïc de Barcelona, previsto para finalizarse en 2029, es “una oportunidad única para la propia ciudad” y para el futuro del Mobile World Congress (MWC).
En una entrevista en ‘La Vanguardia’ este domingo recogida por Europa Press, ha explicado que el acuerdo alcanzado esta semana entre la GSMA y el Gobierno, la Generalitat, el Ayuntamiento, Fira de Barcelona y Turisme de Barcelona para que la ciudad sea sede permanente del MWC a partir de 2030 se alcanzó fácilmente y es “una transacción muy bien armada entre dos partes con objetivos y horizontes compartidos que satisfacen las necesidades de todos”.
Preguntado por si durante el proceso han habido discrepancias entre los agentes implicados, ha respondido que comparten objetivos y principios comunes, algo que facilita el proceso: “Queríamos llegar a un acuerdo que fuese beneficioso mutuamente, y a partir de ahí, acaba saliendo”, ha asegurado.
Sobre si desde la organización valoraron en algún momento la opción de marcharse de la capital catalana y celebrar el MWC en otra ciudad, ha afirmado que había otras ciudades dispuestas a acoger la feria pero que desde la GSMA “nunca” fueron a buscarlas primero.
“Siempre las hay. Pero sentíamos que debíamos tener una negociación privilegiada con Barcelona en primer lugar. Si no llegábamos a un acuerdo, entonces ya tendríamos la oportunidad de hablar con otras, pero no hizo falta”, ha añadido.
PRIORIZA LOS SOCIOS HABITUALES A “MAXIMIZAR” BENEFICIOS
“No somos una empresa tradicional que siempre busca maximizar todo, lo que tratamos de crear es un entorno en el que todos prosperemos”, ha defendido Hoffman, que pese a asegurar que desde la GSMA podrían haber obtenido incluso mejores condiciones en otros lugares, apostaron por los socios habituales de la ciudad catalana.
Ha detallado que desde la organización tomaron la decisión de que el congreso debía celebrarse en Europa, Oriente Medio o el norte de África, y como ya programan otros en América del Norte y China, Barcelona se convertía “en la mejor ubicación” tras valorar su recinto ferial y las fortalezas de los servicios y recursos locales, desde los hoteles al transporte público y la seguridad.