MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El 82% de las entidades europeas encuestadas por Deloitte y la Federación Europea de Banca (EBF) cuenta con un responsable de sostenibilidad en su estructura, si bien ni su rol ni su título están todavía estandarizados, según señala el estudio ‘El panorama general: cómo el director de sostenibilidad puede impulsar los esfuerzos de sostenibilidad del sector bancario’.
En este sentido, los responsables de la encuesta destacan que, dentro de esta variedad de cargos, solo un 20% de las organizaciones tiene un Chief Sustainability Officer (CSO) -una figura relativamente nueva dentro de los bancos-; siendo las denominaciones más comunes las de responsable, jefe o director (61%).
A pesar de estas diferencias, comparten características comunes como tener experiencia profesional en negocios (72%), formar parte del banco antes de ser nombrados en su cargo (88%), contar con formación específica en la materia (71%); y cubrir otros roles adicionales (81%), incluyendo la relación con inversores, la exposición crediticia o el gobierno corporativo, entre otros.
No obstante, tal y como apunta el informe, su función primordial es definir la estrategia de sostenibilidad del banco para generar retornos financieros competitivos que impacten de forma positiva en la sociedad y el medio ambiente, pero también son agentes de cambio, que conducen y gestionan el cambio cultural interno para que los empleados entiendan esta transición.
El estudio indica que los objetivos de los bancos y sus responsables en materia de sostenibilidad son: en primer lugar, proveer oportunidades de aprendizaje al staff y fijar la estrategia de sostenibilidad de la entidad (89% en ambos casos), seguido de generar compromiso con los grupos de interés (sociedad civil, ONG y grupos de activistas) y aumentar la sostenibilidad interna del banco (86% en ambos); y, en tercer lugar, definir el proceso de reporte (82%).
En cuanto a los recursos, la mayoría de los encuestados por Deloitte y la EBF (93%) reconoce que cuenta con los recursos y colaboradores necesarios para afrontar su labor actual. Y la mitad de ellos (54%), también asegura que ya colabora con otros departamentos dentro de sus compañías.
No obstante, de cara a futuro manifiestan que necesitan mayor autonomía y poder para liderar la estrategia de sostenibilidad, actuar como una palanca del cambio en la efectiva transformación cultural de la organización y orquestar las acciones del resto de departamentos en materia de sostenibilidad, integrándolas en las actividades diarias del CSO y en la estrategia ESG global que se haya definido.
El 82% de los responsables de sostenibilidad reporta directamente al más alto nivel de gestión de su organización, mientras que el 14% lo hace a un grupo de interés dentro de su departamento, el cual a su vez responde ante la alta dirección.
En cuanto a la relación con el consejero delegado, la mitad de los encuestados declara que se reúne mensualmente con este, mientras que un cuarto asegura hacerlo semanalmente. Todavía existe margen para aumentar la frecuencia de este reporte, siendo ésta la dirección a seguir para poder reforzar la figura del CSO, ampliando su presencia y capacidad de comunicación, lo que le permitirá en última instancia abarcar sus crecientes retos.
“La sostenibilidad ha pasado a convertirse en un elemento protagonista dentro del panorama bancario. No se trata de una moda sino de una realidad que ha llegado para quedarse”, señala Rodrigo Pérez, socio de Risk Advisory de Deloitte, para quien este nuevo rol del CSO como líder de sostenibilidad juega un papel clave debido a los grandes retos a los que se enfrenta.