Pese al recorte, el organismo cree que seguirá la senda de recuperación y se alcanzarán niveles prepandemia a finales de 2023
MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El Banco de España ha anticipado una nueva revisión a la baja de sus previsiones de crecimiento para la economía española, por debajo de lo estimado en abril (4,5%), en un contexto de incertidumbre marcado por la guerra en Ucrania, el alza de precios y la persistencia de los cuellos de botella en los procesos productivos.
“La guerra ha aumentado mucho el grado de incertidumbre sobre los agentes económicos y ha provocado un repunte muy fuerte de los precios energéticos, materias primas y alimentos”, ha explicado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en el marco de la publicación del ‘Informe Anual 2021’.
En el primer trimestre de 2022, el PIB creció un 0,3% intertrimestral y el nivel de actividad en España se situó 3,4 puntos porcentuales por debajo del observado antes del comienzo de la pandemia, mientras que en el conjunto del área del euro, el PIB rebasó en 0,4 puntos su nivel precrisis.
“REBAJA MECÁNICA” DE MEDIO PUNTO
Con todo esto, y según prevé el Banco de España en ausencia de cualquier consideración adicional, el dato del primer trimestre llevaría a una “rebaja mecánica” de aproximadamente medio punto porcentual en la tasa media de crecimiento del PIB de 2022, aunque la revisión a la baja podría ser superior o inferior en el momento en el que el Banco de España publique las nuevas previsiones.
No obstante, desde el organismo que dirige Hernández de Cos han precisado que si no se producen nuevas perturbaciones o un agravamiento de la guerra en Ucrania, esta eventual revisión de las proyecciones publicadas en abril seguiría siendo coherente con el mantenimiento de una senda de recuperación gradual en la economía española, que podría alcanzar los niveles de PIB previos a la pandemia en el tramo final de 2023.
Para ello, será fundamental el despliegue de los fondos europeos ‘Next Generation EU’ (NGEU), que hasta ahora ha sido “modesto” y menor de lo esperado. Según los cálculos del Banco de España, la tasa de crecimiento potencial de la economía española al final de esta década podría llegar a situarse en el entorno del 2%, casi un punto por encima de un escenario sin proyectos NGEU y sin reformas estructurales.
Por el lado de los precios, los nuevos datos apuntan, en comparación con las proyecciones realizadas en abril –que estimaban un alza de la inflación en el año del 7,5%– a avances mayores de la subyacente –componente no energético– y a un crecimiento algo más modesto del componente energético.
LA EXCEPCIÓN IBÉRICA AL GAS REDUCIRÁ LA INFLACIÓN
El Banco de España ha anticipado que en los próximos meses el mecanismo ibérico para limitar el precio del gas y rebajar el de la electricidad –que ha sido recientemente aprobado en España y en Portugal, de acuerdo con la Comisión Europea– previsiblemente presionará a la baja los precios de la energía en el país.
A raíz de esto, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos prevé unas tasas de inflación que se mantendrían elevadas en los próximos meses, para posteriormente moderarse progresivamente, hasta el entorno del 2%, de acuerdo con las estimaciones del resto de entidades.
Bajo este contexto, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) de abril anunció que las adquisiciones netas en el marco del programa de compras de activos (APP) concluirían en el tercer trimestre de este año.
PRIMER AUMENTO DE LOS TIPOS DE INTERÉS EN EL TERCER TRIMESTRE
En opinión del gobernador del Banco de España, dado que las perspectivas de inflación son “coherentes” con el cumplimiento de las condiciones de la ‘forward guidance’, esta finalización debería tener lugar a comienzos del trimestre, para proceder “poco después” al primer incremento de los tipos de interés.
“En los siguientes trimestres se podría proceder a sucesivos incrementos adicionales, hasta, por ejemplo, alcanzar niveles acordes con el tipo de interés natural si se mantienen las perspectivas de inflación de medio plazo en torno a nuestro objetivo”, ha señalado Hernández de Cos.
ABORDAR “SIN DEMORA” UN PLAN DE CONSOLIDACIÓN FISCAL
Ante este nuevo panorama, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha reiterado las recomendaciones del organismo para establecer un pacto de rentas con compromisos plurianuales entre los agentes sociales, evitando así que se desencadene una espiral de incrementos de precios y de costes, que solo agravaría los efectos nocivos que se derivan del episodio inflacionista actual y del conflicto bélico en Ucrania.
Además, ha instado al Gobierno a abordar “sin demora” un proceso de consolidación fiscal plurianual que, aunque no se puede aplicar ahora mismo, ayudaría a “la credibilidad de políticas pública y a reducir incertidumbre”.
Y es que la guerra constituye una fuente de presión adicional sobre las cuentas públicas. En ausencia de medidas correctoras, el déficit de las Administraciones Públicas seguiría siendo muy elevado en 2024, del 4,7% del PIB.
Como resultado de las trayectorias proyectadas para el saldo de las Administraciones y para el PIB nominal, la ratio de endeudamiento público sería todavía muy elevada en 2024, del 113,8% del PIB, 6,2 puntos porcentuales por debajo de la cota máxima alcanzada en 2020, pero casi 20 puntos por encima del nivel de finales de 2019. Esta evolución subraya la necesidad de diseñar un programa de consolidación fiscal que garantice la sostenibilidad de este endeudamiento.
REVISIÓN INTEGRAL DEL SISTEMA TRIBUTARIO
Por el lado de los ingresos públicos, el Banco de España ve necesario llevar a cabo una revisión integral del sistema tributario español. En concreto, plantean que se otorgue un mayor peso relativo a la imposición sobre el consumo (IVA) frente a la que grava la renta.
Además, desde el organismo recuerdan que los objetivos medioambientales requerirán nuevas medidas impositivas en la energía, los hidrocarburos o el transporte, al tiempo que la creciente globalización y digitalización supone incrementar la armonización del sistema tributario a escala internacional.
AJUSTAR EL IMV Y CAMBIOS EN LA LEY DE VIVIENDA
El Banco de España afirma que antes del estallido del conflicto bélico en Ucrania, la recuperación económica en España estaba en curso tras haber sufrido el impacto de la pandemia. A ello contribuyeron algunas de las medidas aprobadas por el Gobierno como los ERTE y los programas de avales crediticios del ICO que, según el Banco de España, fueron “eficaces” para favorecer la reincorporación al empleo y mitigar el impacto de las restricciones a la actividad sobre la liquidez de las empresas.
Sin embargo, otras medidas no merecen una valoración positiva por parte del organismo, como es el caso del programa de ayudas directas a pymes, ya que “solo habría contribuido a corregir una parte reducida de los problemas de solvencia que, como consecuencia de la crisis sanitaria, surgieron en estas empresas”.
En cuanto a los niveles de desigualdad en España, que ya eran elevados antes del estallido de la pandemia, el Banco de España considera que habrán aumentado como consecuencia de la crisis sanitaria y tras la guerra.
Para reducir los efectos, el Banco de España recomienda medidas en el ámbito de la regulación del mercado laboral, las políticas educativas, las políticas de rentas y las de vivienda.
En cuanto a las políticas de rentas, el organismo considera que es necesario que las condiciones para acceder al ingreso mínimo vital en el país se sigan ajustando. En lo que se refiere a vivienda, cree que algunas de las medidas que contempla la nueva ley, como el control de rentas, podrían no tener el efecto deseado o incluso, en el medio plazo, suponer efectos adversos.