La inflación volvió a subir en abril en Estados Unidos, continuando una escalada que ha llevado a los consumidores a una situación límite y está amenazando la expansión económica.
El índice de precios al consumo, aumentó un 8,3% con respecto a hace un año, 2 décimas por encima de lo esperado y frente al 8,5% anterior. Si se eliminan los volátiles precios de los alimentos y la energía, el llamado IPC subyacente interanual cae a 6,2% (desde el 6,5%, previo, pero superior a lo esperado, del 6%. Pero en tasa intermensual ojo al dato, porque el IPC subyacente no solo supera las previsiones sino que crece respecto al mes anterior, en una décima hasta el 0,4%.
El aumento de los precios en los surtidores y en las tiendas de comestibles ha sido un problema, pero la inflación se ha extendido más allá de esas dos áreas a la vivienda, las ventas de automóviles y una serie de otras áreas. Los funcionarios de la Reserva Federal han respondido al problema con dos subidas de los tipos de interés en lo que va de año y prometiendo más hasta que la inflación baje al objetivo del 2% del banco central.