MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La huella ambiental de BBVA se ha recortado en los últimos dos años ya que, en 2021, el consumo de energía y electricidad por empleado fue un 14% menor que el de 2019, un descenso que se sitúa en el 5% en el consumo de agua y en un 32% en el de papel en el mismo periodo mientras que los residuos netos por empleado disminuyeron un 52%.
Esta comparativa de datos de impacto medioambiental se extraen del informe de gestión anual de BBVA correspondiente a 2021 y más recientemente de forma ampliada del informe TCFD, que ha tomado como año base de referencia 2019, ya que los datos de 2020 están desvirtuados por el efecto de la pandemia en los consumos.
En un comunicado, BBVA subraya que ha implantado una ambiciosa estrategia climática en su impacto directo que se materializa en el Plan Global de Ecoeficiencia, que establece objetivos interanuales enfocados a la reducción de impactos directos. Reducir por empleado el consumo de electricidad un 10%, un 7% el consumo energético total, un 11% el consumo de agua y papel o un 4% los residuos netos son algunos de los objetivos marcados en dicho plan desde 2021 hasta 2025.
En 2021, el banco logró reducir un 67,5% sus emisiones directas de CO2 en todo el mundo con respecto a 2015, muy cerca del objetivo del 68% marcado para 2025. Además, el 79% del consumo de energía en las instalaciones de BBVA en todo el mundo fue de origen renovable en 2021, superando el objetivo del 70% establecido en su Compromiso 2025 sobre impactos ambientales directos. Asimismo, BBVA es una empresa neutra en carbono en cuanto a sus emisiones directas desde 2020. En 2021, compensó más de 102.000 toneladas de CO2.
ECONOMÍA CIRCULAR
Uno de los principales problemas que contribuyen a la aceleración del cambio climático es la generación de residuos por las prácticas de consumo lineal. Por ello, BBVA contribuye en la transición hacia el consumo circular mediante estándares de construcción sostenible y la implantación de los sistemas de gestión ambiental certificados con la ISO 14001.
Así, con el objetivo de reducir al mínimo los residuos que se derivan a vertederos, el banco dispone en sus instalaciones de zonas diferenciadas y señalizadas que permiten realizar una correcta segregación y posterior reciclado de los residuos.
Del mismo modo, BBVA ha lanzado iniciativas diversas en materia de reciclaje. En 2018, la entidad puso en marcha la iniciativa ‘BBVA sin plásticos’, dentro de su estrategia de sostenibilidad. Junto a Sodexo, su ‘partner’ en restauración, BBVA se comprometió a eliminar todo el plástico posible usado en sus sedes y oficinas en todo el mundo y sustituir los recipientes, envoltorios o cubiertos de plástico por otros materiales biodegradables.
La entidad, además, está donando el excedente de comida de los restaurantes de su sede corporativa en Madrid (Ciudad BBVA) al comedor San Juan Bautista de la Orden de Malta, bajo el paraguas del Banco de Alimentos de Madrid.
BBVA ha recibido recientemente el certificado ‘Hacia Residuo Cero’ de AENOR para dicha sede y para su edificio de ‘back-office’ en Málaga. La certificación reconoce el trabajo de la entidad en la valorización de residuos y correcta diferenciación para el reciclaje desde los puntos de generación de los mismos contribuyendo al impulso de la economía circular.