El 48% de los españoles buscará estrategias de ahorro y muchos cambiarán a productos más baratos, según McKinsey & Company y EuroCommerce
MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El sector de alimentación afronta diferentes retos para regresar a los niveles pre-pandemia con el poder adquisitivo del consumidor afectado por la inflación, según se desprende del informe ‘The State of Grocery Retail 2022: Navigating the Market Headwinds’, elaborado por McKinsey & Company y EuroCommerce sobre las tendencias clave de la industria de la alimentación europea.
En concreto, la industria de la alimentación encara un aumento de la presión sobre los márgenes de los ‘retailers’ del sector, debido al aumento en costes, a la necesidad de satisfacer las demandas más amplias de los consumidores muy sensibles al precio, a la creciente presión sobre los precios y a la mayor complejidad multicanal.
“Incluso antes de que la invasión de Ucrania impactara en los precios de la energía y de ciertos productos básicos, los minoristas de alimentación ya esperaban que las condiciones del mercado empeoraran en 2022, tras haber prosperado durante la pandemia. La inflación, la creciente sensibilidad a los precios y el aumento de la competencia podrían revertir muchas de las tendencias positivas que han experimentado los ‘retailers'”, ha explicado Ignacio Marcos, socio senior de McKinsey & Company.
Sin embargo, Marcos ha señalado que estos cambios también pueden “brindar nuevas oportunidades” al sector. “Mantener la inversión en la oferta de marcas blancas, ampliar el surtido de productos saludables y sostenibles cuya demanda va en aumento, junto con una mayor apuesta por el canal ‘online’ y búsqueda de nuevas fuentes de ingresos son algunas de las oportunidades actuales”, ha indicado.
De esta forma, el informe identifica cinco tendencias clave que darán forma a la industria en estos años, empezando por que la inflación aumentará los costes de los minoristas y puede reducir el gasto disponible de los consumidores.
La vuelta a la normalidad en las ventas tras los niveles más altos registrados durante la pandemia, junto con la creciente presión sobre el poder adquisitivo de los consumidores, les impulsará a buscar productos más baratos y promociones.
Solo en España, más del 48% de los consumidores reconoce que buscará formas de ahorrar dinero en 2022, lo que supone cuatro puntos porcentuales más que en 2021, mientras que, en Europa, es más del 42% de los consumidores, nueve puntos porcentuales por encima que el año pasado.
“Es probable que las tiendas de descuento y los operadores con precios de entrada competitivos y productos de marca propia ganen cuota de mercado en esta situación”, ha explicado la socia junior de McKinsey & Company y coautora del infome, Beatriz Rastrollo.
Otra tendencia sería las mayores diferencias que existen actualmente en los consumidores. Así, los consumidores de renta alta, las generaciones más jóvenes y los hogares más grandes tienen previsto comprar más productos saludables, de primera calidad y sostenibles.
“Más del 6% de los consumidores españoles tiene la intención de pagar un precio más alto para comprar productos más respetuosos con el medio ambiente en 2022. En los hogares de renta alta, esta cifra supera el 10%, frente a poco más del 2% en las familias de renta baja. En Europa, solo un poco más del 2% de los consumidores reflejan esta intención”, ha destacado la socia de McKinsey & Company, María Millares.
Por el contrario, más del 42% de los consumidores españoles tiene intención de centrarse en la alimentación y nutrición saludables en 2022, siete puntos porcentuales más que en 2021. En este caso, también existe una brecha del 4% entre los hogares con ingresos altos y bajos que reflejan dicha intención: más del 41% y algo más del 45%, respectivamente.
Por otro lado, los consumidores, sobre todo en los hogares con menores ingresos, han manifestado una sensibilidad al precio mucho mayor, siendo muchos más los que declaran su intención (incluso antes de la crisis actual) de cambiar a productos más baratos, en comparación con los datos de 2021.
En España, existe una brecha de 29 puntos porcentuales entre los hogares de renta alta (más del 35%) y los de renta baja (más del 64%) que tienen intención de buscar formas de ahorrar dinero en 2022. La diferencia es aún mayor (33 puntos porcentuales) cuando se trata de la intención de los consumidores de buscar activamente promociones en 2022: más del 26% en los hogares de renta alta y el 57% en los de renta baja.
El informe concluye que los supermercados tendrán que considerar reforzar aún más sus productos de entrada y de primera calidad para atender esta brecha en las necesidades de los consumidores.
LAS VENTAS EN ESPAÑA CAYERON UN 7,4%
Por otro lado, las ventas de la industria de la alimentación minorista en España decrecieron un 7,4% respecto a 2020, aunque aún se sitúan un 5,4% por encima de los niveles de 2019, según los datos del informe.
Esta reducción se produce principalmente de un menor volumen (-8,3%) y el traspaso de compra a productos de menor precio (-0,8%), mientras que la inflación tuvo un ligero impacto positivo en el valor de las ventas (+1,9%).
Sin embargo, los retailers ‘online’ y los ‘discounters’ son los formatos que registraron un mayor crecimiento del mercado, con un aumento de los ingresos de alrededor del 9% en Europa para el canal ‘online’ en comparación con 2020, aunque el crecimiento en España fue más lento, alcanzando solo el 3,3%.
A su vez, a pesar de la caída de las ventas en las tiendas físicas, los minoristas siguieron ampliando sus redes de locales en toda Europa, con un espacio de venta disponible que aumentó un 2,4%. Los establecimientos de descuento aumentaron ligeramente sus ventas (+0,3%), mientras que los supermercados perdieron un 1,2% y los hipermercados un 2,6% de sus ingresos.
Por su parte, las ventas de los hipermercados españoles fueron los más afectados, sufriendo una caída del 10% en 2021 respecto a los niveles de 2020.
Por otro lado, la entrega instantánea se expandió rápidamente impulsada por la entrada masiva de fondos. Así, los 15 principales actores de la industria en Europa abrieron más de 800 ‘tiendas oscuras’ durante el pasado año.
En España, los servicios de alimentación (‘foodservices’) sí experimentaron un destacado repunte del 25,9% en 2021 con respecto a 2020, aunque todavía es un 28,1% menor que en 2019.
EL ‘ONLINE’ PODRÍA RALENTIZARSE EN 2022
Por otro lado, el mercado ‘online’ se encuentra cada vez más fragmentado con ofertas nuevas y emergentes, siendo la más destacada la entrega instantánea. El informe desvela que tras un 2020 y 2021, donde registró un buen crecimiento, en 2022 podría ralentizarse en muchos mercados, acompañado de una creciente diferenciación.
Este cambio de tendencia podría ser llamativo en España, donde el comercio minorista ‘online’ fue el único canal que experimentó un crecimiento en 2021, y donde los ingresos interanuales aumentaron un 3,3% ese mismo año.
Otra tendencia que destaca el informe es que, al tener su negocio principal bajo presión, muchos minoristas de alimentación buscan nuevas fuentes de beneficios, ya sea dentro de su negocio principal, a través de la analítica avanzada y la inteligencia artificial, o fuera de su núcleo aprovechando nuevas fuentes de ingresos.