MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha señalado este viernes que resulta “especialmente relevante” evitar un escenario de aumento de precios y salarios que se retroalimenten entre sí y lleven a “una espiral inflacionista”, tras conocerse que el Índice de Precios al Consumo (IPC) se situó en el 7,6% en febrero.
La patronal mantiene que en ese dato sigue existiendo un “significativo componente de efecto base” y añade que el encarecimiento de los productos energéticos es el principal elemento inflacionista.
La CEOE sostiene en su comunicado que el tejido productivo está haciendo un esfuerzo para no repercutir el aumento de costes en los precios finales de bienes y servicios, que a su vez conlleva una “reducción significativa de los márgenes empresariales”.
Los representantes de los empresarios también alertan de que la evolución de la inflación en 2022 estará condicionada por el conflicto entre Rusia y Ucrania y las sanciones económicas impuestas al Gobierno de Vladimir Putin, unido a otros factores como las dificultades de aprovisionamiento o el intenso crecimiento de los precios de algunos bienes intermedios. No obstante, la CEOE confía en que la intensidad de la inflación remita hacia final de año.
El IPC subió un 0,8% en febrero en relación al mes anterior y elevó su tasa interanual 1,5 puntos, hasta el 7,6%, su tasa más alta en casi 36 años, concretamente desde diciembre de 1986, según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con el dato de febrero, el IPC interanual encadena su decimoquinta tasa positiva consecutiva y suma tres meses seguidos en tasas superiores al 6%, niveles que no se veían en tres décadas.
La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en febrero seis décimas, hasta el 3%, con lo que se sitúa más de 4,5 puntos por debajo de la tasa del IPC general. Es la tasa más elevada de la subyacente desde septiembre de 2008.