Hoy se cumple el octavo día de invasión Rusa sobre Ucrania, y lo que iba a ser una guerra relámpago tiene el riesgo de convertirse en un enfrentamiento más largo de lo esperado, acompañado del drama humano, en pérdidas de vidas, en movimientos migratorios y situación económica.
Rusia continúa enrocado en su ataque, pese a reconocer que ha habido muchas bajas por la lluvia de misiles sobre Ucrania. Así ha admitido la muerte de 498 soldados y 1.597 heridos, en uno de los días más destructivos.
El reconocimiento llega cuando, según FT, el coste humano y económico de la guerra se ha hecho más evidente, con un rápido aumento de las víctimas civiles en Ucrania y 874.000 personas huyendo del país a un ritmo que, según la ONU, se convertirá en la mayor crisis de refugiados de Europa en este siglo.