Analizamos de la mano de Rafael Doménech, Responsable de Análisis Económico de BBVA Research, la Reforma laboral y temporalidad.
Una vez aprobada la reforma laboral, lo relevante es comenzar a evaluar sus efectos, aunque su mayor parte sean solo perceptibles a medio y largo plazo. Las autoridades deberán velar por evitar que la caída de la temporalidad sea a costa de un menor crecimiento del empleo.
Puntos clave:
Habrá que analizar su alcance para aumentar las tasas de empleo y de participación en el mercado de trabajo, mejorar su calidad, reducir el paro y ampliar la capacidad de la economía para incrementar su competitividad y productividad, con relaciones laborales más flexibles, seguras y eficientes.
Si bien resulta complejo diferenciar las repercusiones de la reforma de 2012 respecto a otros determinantes, la evidencia muestra que la tasa de temporalidad entre 2014 y 2019 se situó, en promedio, 7 puntos por debajo respecto a la recuperación anterior (entre 1995 y 2007).
A diferencia de la precedente, la reforma de 2021 ha optado, sobre todo, por endurecer las condiciones de la contratación temporal. Además de establecer que todo contrato se presume indefinido, el RDL 32/2021 refuerza la causalidad de los contratos temporales, establece limitaciones a su duración y penalizaciones a su encadenamiento.