MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Un vínculo entre el autocontrol y la inteligencia ha sido idntificado por primera vez en un animal distinto de los humanos y los chimpancés.
La sepia puede retrasar la gratificación (esperar una mejor comida en lugar de dejarse tentar por la que está a la mano), y los ejemplares que pueden esperar más tiempo también obtienen mejores resultados en una prueba de aprendizaje. El estudio se publica esta semana en Proceedings of the Royal Society B.
La investigación se llevó a cabo en el Laboratorio de Biología Marina (MBL), Woods Hole, mientras que la autora principal, Alexandra Schnell, de la Universidad de Cambridge, estudiaba allí como residente.
“Usamos una versión adaptada de la ‘prueba del malvavisco’ de Stanford, donde los niños tenían la opción de recibir una recompensa inmediata (1 malvavisco) o esperar para ganar una recompensa tardía pero mejor (2 malvaviscos)”, dice Schnell en un comunicado. “Las sepias en el presente estudio pudieron esperar la mejor recompensa y toleraron retrasos de hasta 50-130 segundos, lo que es comparable a lo que vemos en vertebrados de cerebro grande como chimpancés, cuervos y loros”.
Las sepias que podían esperar más tiempo para comer también mostraron un mejor rendimiento cognitivo en una tarea de aprendizaje. En ese experimento, se entrenó a las sepias para asociar una señal visual con una recompensa de comida. Luego, la situación se invirtió, por lo que la recompensa se asoció con una señal diferente. “Las sepias que fueron más rápidas en aprender ambas asociaciones fueron mejores para ejercer el autocontrol”, dice Schnell.
Por qué la sepia ha desarrollado esta capacidad de autocontrol es un poco misterioso. Se cree que la gratificación retrasada en los seres humanos fortalece los lazos sociales entre los individuos, como esperar a comer para que la pareja pueda comer primero, lo que beneficia a la especie en su conjunto. También puede ser una función de los animales constructores de herramientas, que necesitan esperar para cazar mientras construyen la herramienta.
Pero la sepia no es una especie social y no construye herramientas. En cambio, sugieren los autores, la gratificación retrasada puede ser un subproducto de la necesidad de camuflaje de la sepia para sobrevivir.
“Las sepias pasan la mayor parte de su tiempo camuflándose, sentadas y esperando, interrumpidas por breves períodos de búsqueda de alimento”, dice Schnell. “Rompen el camuflaje cuando se alimentan, por lo que están expuestos a todos los depredadores en el océano que quieren comerlos. Especulamos que la gratificación retrasada puede haber evolucionado como un subproducto de esto, por lo que la sepia puede optimizar la búsqueda de alimento esperando para elegir una mejor calidad comida.”
Encontrar este vínculo entre el autocontrol y el rendimiento del aprendizaje en una especie fuera del linaje de los primates es un ejemplo extremo de evolución convergente, donde historias evolutivas completamente diferentes han llevado a la misma característica cognitiva.