MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El endurecimiento de la política monetaria podría aumentar las primas de riesgo y encarecer el coste de la deuda pública, según advierte Funcas en un artículo publicado en su último número de ‘Cuadernos de Información Económica’ escrito por Raymond Torres y María Jesús Fernández.
Ambos autores consideran que la aparición de efectos de segunda ronda (espiral de precios internos-salarios) “no parece probable”, pero tampoco lo descartan, y avisan de que ello supondría un deterioro de la competitividad de la economía española.
“Aunque la recomposición de las cadenas de suministro debería atenuar la escalada de costes, otros factores de inflación podrían perdurar durante este año e incluso el siguiente, especialmente en lo que atañe a los mercados energéticos, sujetos además a factores geopolíticos como el conflicto con Ucrania y un posible desbordamiento en el mercado del gas”, apuntan.
Para Funcas, el rebrote de la inflación iniciado a meditados del año pasado constituye uno de los principales riesgos para el proceso de recuperación de la economía española, pues las previsiones del primer semestre de 2022 la sitúan en una media superior al 5% después de acabar 2021 en una tasa interanual del 6,5%.
“El diagnóstico sobre el alcance y duración de la inflación ha empeorado en los últimos meses y viene a sumarse a algunas voces que ya venían reclamando pasos más firmes en la normalización de la política monetaria; es decir, retirada progresiva de los programas de compra de activos y retoques al alza de los tipos de interés”, apunta.
En este sentido, Funcas señala que los mercados ya están descontando subidas de tipos en 2022, a pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) haya confirmado el mantenimiento de los mismos a lo largo de todo el año.
Sin embargo, Funcas afirma que la intensidad del cambio de rumbo hacia la “normalización” de la política monetaria no parece que vaya a ser igual a ambos lados del Atlántico.
Así, como explican Santiago Carbó y Francisco Rodríguez en otro artículo de esta publicación, mientras la Reserva Federal ha anticipado ya una subida de tipos, el BCE mantiene sus compras de activos y ha dejado estables los tipos de interés de referencia.
“Todo ello genera un problema de desacoplamiento de las políticas monetarias con efectos diferenciales sobre la economía y sobre la actividad financiera. En todo caso, la expectativa es que, en 2023, la eurozona pueda ver finalmente ese giro en la política monetaria tras casi quince años de expansión cuantitativa”, sostienen los autores.
Para Funcas, este “desacomplamiento” entre la política monetaria de Estados Unidos y de la eurozona es un signo más de las diferencias que se están abriendo sobre cómo gestionar el escenario posterior a la recuperación, aunque no el único.
En este sentido, la publicación advierte de que este desacoplamiento monetario entre EEUU y Europa afectará de forma diferencial a múltiples aspectos de la actividad financiera, entre ellos a la generación de márgenes de intereses bancarios, a la remuneración de la deuda, al atractivo de cada zona monetaria como destino de inversión y a los tipos de cambio.
“La banca española ha sido capaz de aumentar su capacidad de financiación y ha reforzado su solvencia. Sin embargo, la retirada progresiva de los estímulos financieros y otras medidas de apoyo al sector empresarial (como los ERTE), abrirá paso en algunas empresas a posibles situaciones de morosidad que obligan a las entidades financieras a una gestión proactiva de su cartera de crédito”, subraya Funcas.