MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha resaltado este jueves la necesidad de prestar “atención especial” a las medidas que favorezcan la “reasignación de factores productivos” entre las distintas ramas de actividad.
Así se ha pronunciado durante su intervención para inaugurar la jornada empresarial organizada por el diario ‘elEconomista’, ‘Sectores estratégicos para la economía española’.
En concreto, ha explicado que existen tres criterios que se deben cumplir para que un sector sea considerado estratégico: su productividad, su resiliencia y su centralidad.
En primer lugar, ha señalado que el sector en cuestión debe presentar un “elevado potencial” para contribuir al crecimiento de la productividad agregada, teniendo en cuenta que esta variable determina el crecimiento sostenido de un país a largo plazo.
En este punto, Delgado ha subrayado que una economía con un bajo crecimiento tiene “más obstáculos” para acometer reformas estructurales que conlleven una mejor redistribución de la riqueza.
“Puede darse […] un círculo vicioso difícil de romper, en el que un crecimiento bajo de la productividad nos lleve a que las reformas sean menos probables y la falta de reformas, a su vez, nos lleve a un menor dinamismo de la productividad”, ha remarcado la subgobernadora.
Así, ha afirmado que lograr que la productividad muestre un comportamiento “más dinámico” es “uno de los retos más importantes” para España y ha recordado que la productividad en España ha registrado unos crecimientos “muy modestos” en los 30 últimos años.
Con respecto a la resiliencia, Delgado ha señalado que el carácter estratégico de un sector debe venir por su capacidad para resistir y recuperarse ante perturbaciones como la digitalización, el cambio climático o el envejecimiento de la población, mientras que sobre la centralidad, ha destacado el papel central o privilegiado que algunos sectores ocupan en la economía de un país.
Algunas razones por las que un sector ocupa un papel central en la actividad económica pasan, según ha señalado Delgado, por el aprovechamiento de ciertas ventajas competitivas, como el factor trabajo, el capital, los recursos naturales o la posición geográfica.
No obstante, ha explicado que factores ajenos, como la “mera inercia histórica o el aprovechamiento de diversas distorsiones”, no deberían llevar a considerar a un sector como central “por el hecho de exhibir un elevado peso en la economía en términos de empleo, número de empresas o producción”.
Asimismo, ha afirmado que este carácter central de un sector “no es algo estático”, ya que tanto las ventajas comparativas como las infraestructuras esenciales “evolucionan con el tiempo”.
Delgado ha señalado que, según un trabajo del Banco de España para clasificar a los distintos sectores de actividad según su posicionamiento con respecto a estas tres dimensiones (productividad, resiliencia y centralidad), los sectores mejor clasificados para contribuir al crecimiento de la productividad y a la capacidad de resiliencia “son los que, a día de hoy, presentan baja centralidad y peso relativo bajo en la economía española”.
En este sentido, ha apuntado al el sector de actividades profesionales y los de información y comunicación, que poseerían “baja centralidad”. A esto se añade que sectores poco productivos,como hostelería, comercio, construcción, industrias extractivas o sector inmobiliario poseen “gran centralidad” en la economía española.
Por otro lado, en comparación con algunos de los países “más avanzados”, buena parte de los sectores con mejor posición relativa en términos de productividad y resiliencia tendrían en la economía española un peso inferior al observado en dichos países.
RIESGOS GEOPOLÍTICOS
Delgado también ha mencionado el impacto que los riesgos geopolíticos puede tener sobre los sectores estratégicos. En este sentido, ha destacado la “creciente rivalidad” entre Estados Unidos y China, la crisis del Covid-19 o los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro.
Estos riesgos han puesto de relieve, en el contexto europeo, la importancia de abordar la dependencia estratégica de la Unión Europea en áreas como las materias primas (como las tierras raras o el silicio), baterías, semiconductores, el despliegue del 5G o la inteligencia artificial.
En este sentido, la subgobernadora ha resaltado el papel de los fondos Next Generation UE como una “palanca de política económica con un elevado potencial transformador”.
Además, ha incidido en la “necesidad” de “prestar atención especial” a las medidas que favorezcan la reasignación de factores productos entre las distintas ramas de actividad, “puesto que la futura composición sectorial de la economía española se perfila diferente de la que se vive en la actualidad”.
Así, ha adelantado que el escenario sectorial del futuro se conformará con nuevos actores, distintas formas de relacionarse con los clientes, tecnologías inéditas y un entorno menos estable y predecible.