MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
UGT ha pedido este viernes que los convenios recojan una subida salarial para 2022 superior a la previsión de la inflación media, del 3,7%, y que incluyan cláusulas de revisión salarial, para garantizar que los trabajadores conservan su poder adquisitivo ante el repunte de la inflación, que cerró 2021 en el 6,5%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El sindicato ha señalado en un comunicado que los asalariados perdieron 1,6 puntos porcentuales de media de poder adquisitivo en 2021, y 2,6 puntos en el caso de los receptores del salario mínimo interprofesional (SMI), en un momento en el que “se necesitaba el impulso del consumo de los hogares para afianzar esta recuperación”.
Ante esta situación y las proyecciones de que la inflación se mantenga en niveles elevados, aunque controlados, UGT ha instado a la patronal a sentarse a negociar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), para garantizar la seguridad económica y evitar la conflictividad.
Además, también ha pedido al Gobierno que convoque “inmediatamente” a la mesa de diálogo social para abordar “con urgencia” la actualización del SMI para 2022. UGT recuerda que para este ejercicio debe subir de los 965 euros actuales a 1.000 euros, y aplicarse con carácter retroactivo desde el 1 de enero. Para el próximo ejercicio, el SMI debe equivaler al 60% del salario medio español.
EL IPC SUBE POR ENCIMA DEL AUMENTO DEL SMI
El IPC se situó en diciembre en el 6,5%, su nivel más alto desde mayo de 1992, y la inflación media se colocó en el 3,1%.
Esa cifra dobla el aumento de los salarios de convenio, que se revalorizaron un 1,5%, y es casi seis veces más alta que el aumento medio del SMI (0,53%), como señalan desde UGT.
El sindicato apunta que “los salarios no pueden ser de nuevo los paganos del descontrol de la inflación”, ya que esta responde al aumento de los precios del gas, de la electricidad y de los carburantes.
UGT exige al Ejecutivo que “profundice en las medidas para reducir los precios” de la energía y paliar su efecto en los hogares, con la extensión de ayudas como el bono social y la rebaja de impuestos. También que intensifique su presión en Europa para modificar el sistema de fijación de precios.
El sindicato alerta de que el encarecimiento de los precios energía se está trasladando ya al resto de bienes y productos, como demuestran los datos de la inflación subyacente, en el 2,1% anual.
En este escenario, UGT se opone al endurecimiento de la política monetaria y a la moderación salarial, ya que ninguna de estas dos medidas “conseguirá reducir la inflación” y “solo provocarían una quiebra de la senda de recuperación y un aumento de las desigualdades y de las situaciones de pobreza”, que ya crecieron mucho durante la pandemia.