Inversis ha decidido mantener su apuesta por la renta variable ante las presiones inflacionistas, un tipo de activo que tiene sobreponderado en su cartera de activos con especial atención en los sectores y valores que se beneficiarán de la reapertura del sector servicios, así como en cíclicos, ‘value’ y otros con potencial de apreciación cuando se superen los cuellos de botella.
Así lo ha señalado la firma filial de Banca March en un comunicado. En renta fija, continúa infraponderando la deuda soberana de más calidad y prefiere el crédito de menores grados de inversión con rentabilidades superiores.
Inversis se mantiene estable en su estrategia relativa al ‘investment grade’, con lo que infrapondera todos los mercados de crédito salvo el emergente, donde se posiciona de manera positiva, y ‘high yield’, donde se mantiene positivo tanto para Europa como Estados Unidos.
Ante las presiones inflacionistas actuales, el estratega macro de la firma, Ignacio Muñoz-Alonso, ha señalado que “los choques inflacionarios pueden tener efectos más duraderos en presencia de efectos de segunda ronda y estos son más probables en presencia de indexación salarial”.
En este sentido, Muñoz-Alonso ha apuntado que los efectos de segunda ronda pueden ocurrir si los hogares o las empresas compensan pérdidas de ingresos reales por una mayor inflación indexando salarios y/o precios.
El repunte de los precios de las materias primas energéticas tuvo lugar durante gran parte del año, si bien Inversis espera que estos caigan a medida que avanza 2022 y espera una recuperación del suministro de petróleo, especialmente de la OPEP+, y un impulso en la demanda de gas natural y carbón para la generación de energía.
Así, la firma prevé un descenso de los precios energéticos a partir de finales del primer trimestre de 2022, aunque continuarán “muy superiores” a la media de los últimos años durante todo 2022.
Por otro lado, las economías avanzadas se enfrentan a una situación de escasez de componentes básicos que impiden que la oferta atienda la demanda de pedidos en los plazos requeridos: el porcentaje de empresas manufactureras de la zona euro enfrentadas a escasez de material o de equipo marcó en julio un máximo histórico cercano al 40%.
Muñoz-Alonso apunta que estas restricciones están más relacionadas con las dificultades con el aprovisionamiento a lo largo de la cadena de valor que con la capacidad instalada o la capacidad productiva, que se ha recuperado rápidamente en los últimos meses.
Mientras que Estados Unidos alcanzó sus máximos de escasez de suministro el pasado verano, en Europa las condiciones continúan empeorando.
La escasez de oferta empujó la inflación hasta el 4,1% en octubre en el Viejo Continente y el 23% de las empresas manufactureras reportan problemas de aprovisionamiento, muy por encima de la media histórica del 6%.
La firma apunta a que en los próximos meses las tensiones por parte de la oferta deberían decrecer, aunque las señales a evaluar son ambiguas: por un lado, algunos sectores empiezan a dar muestras de contención, como los fletes, que podrían volver a recuperar volúmenes con precios normalizados en el segundo trimestre de 2022.
Sin embargo, la Reserva Federal estadounidense (Fed) advirtió enseptiembre de la posibilidad de una prolongación de las restricciones productivas hasta bien entrado 2022.
EL PAPEL DE LOS BANCOS CENTRALES
Varias voces expertas han reclamado a los bancos centrales respuestas preventivas inmediatas para paliar esta situación, con lo que la Fed anunció en su última reunión de noviembre la retirada del programa mensual de compra de activos y acordó aumentar su tenencia de valores del Tesoro en al menos 70 millones de dólares (61,8 millones de euros) por mes en lugar de los 80 millones (70,7 millones de euros) anteriores.
El Banco Central Europeo (BCE), por su parte, mantiene una política monetaria paciente, siempre que una mayor inflación a corto plazo no alimente las expectativas de inflación a largo plazo por encima del objetivo del 2%.
Además, el BCE ha establecido claramente su compromiso de apoyar la recuperación no endureciendo prematuramente la política monetaria o tolerando pasivamente un endurecimiento indeseable de las condiciones de financiación.
UN ESCENARIO DE DESACELERACIÓN ECONÓMICA
La entidad ha dibujado un escenario de desaceleración de la recuperación económica, marcada por esa presión inflacionista y la crisis energética, que “siembra de incertidumbre el mercado”.
Esa desaceleración de la recuperación económica mundial será asimétrica y el sentimiento de mercado se verá deteriorado por los malos datos económicos, las presiones inflacionistas y la preocupación global por las diferentes variantes del coronavirus.